Jubal G. Baca

 

    (Compositor Argentino) - Tucumano

    Entrevista 1

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Vista del paisaje donde nació Jubal G. Baca    

 

Preguntas Frecuentes

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Música      popular

Música          clásica

Nacido en la localidad de "Los Corpitos" (Km 102) distante 16 Km. de Amaicha del Valle (dto. de Tafí)-Provincia de Tucumán, Rep. Argentina, el  23 de Agosto de 1942.

De temprana edad, mostró su inclinación por la música, y guiado por sus padres, comenzó el estudio del piano, a los 6 años de edad.

Según nos cuenta su padre, Jubal siempre fue poco amigo de seguir las normas y reglas preestablecidas para el estudio de la música. Es así que nunca a realizado estudios sistemáticos de música, sino aquellos, que él consideraba necesarios.

Charlando con Jubal nos comenta, ahora a sus 56 años de edad, que seguramente podría haber llegado más rápido y más lejos, de haber seguido en forma disciplinada el estudio de la música, pero agrega... "eso será  un enigma para toda mi vida. Aún creo que esas reglas, muy lejos de acrecentar mi amor por la música, lo habrían destruido...".

 

 
 

 

Jubal junto a su esposa Marina Petrino

 

En su estudio, nos mostró la cantidad de partituras musicales de los grandes maestros  que utiliza como consulta. Nos cuenta que la mayoría pertenecen a los compositores románticos aproximadamente desde 1850 en adelante, siendo sus preferidos Rachmaninoff, Ravel, Stravinsky, Tchaicovsky, Brahms, Kachaturian, Scriabin y Debussy.

 

-- ¿ Cómo fue su método de aprendizaje musical ?.

JB-- Diría que jugando. Siempre haciendo lo que en ese momento creía necesitar, pero sobre todo sin el agobio de horarios y planes a cumplir para mañana. Todo lo he realizado a largo plazo, pero nunca me he detenido en el camino."

-- ¿Ha tenido inconvenientes durante su aprendizaje?.

JB-- Al principio no. Todo me lo resolvía mamá  que era profesora de piano y una excelente pianista (había sido alumna del maestro Drangosh en Bs. As.), pero después no me entendía musicalmente con ella, ya que me insistía en hacer las cosas metódicamente y yo me resistía.

-- Ud. me comentó que tuvo varias etapas musicales en su vida.

JB-- .Así es. Al comienzo sólo me interesaba la ejecución del piano, donde la digitación era lo importante y por lo general lo que más impresiona al común de las personas y además, la manera más rápida de cosechar elogios. Luego esto pasó a segundo plano, para dar paso a la sonoridad. Me incliné al jazz melódico y su interpretación. Unos años después, comencé a ejecutar el piano acompañado por otros instrumentos. Esta fue la etapa más difícil y donde uno acepta o no depender de los demás. Yo no pude. No es fácil conciliar las necesidades espirituales y materiales de un grupo de personas.

-- Pero también sé que Ud. años luchó por no desistir.

JB-- Eso es verdad, pero al final, mis sueños fueron satisfechos con el avance de la tecnología. La aparición de los grabadores multipistas resolvieron mis problemas. Así es que, armado de paciencia y tras largas horas de prueba, lograba grabaciones aceptables, donde mis obras musicales se podían escuchar, con bastante aproximación a los sonidos que tenía en mente.

-- Pero no siguió por ese camino musical...

JB-- No. Mis equipos electrónicos fueron quedando cada vez más pequeños para mis pretensiones musicales. Por eso, en 1967 con un grupo de alumnos de las escuelas de música de esta ciudad (inclusive con un integrante de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Tucumán), formamos una orquesta juvenil para hacer música clásica. Pero otra vez la falta de espíritu de grupo estuvo en nuestra contra, y a fines de ese año suspendimos las actividades.

--  ¿ Y a qué atribuye Ud. esos cambios de dirección en su vida musical ?

JB--  A la maduración musical. Con los años, se adquieren cosas de la vida que tienen influencia (se quiera o no) en nuestra forma de sentir y ver la vida. Nuestras apetencias musicales también se ven afectadas y es entonces cuando un cambio de rumbo es necesario. Sobre todo si somos profundamente autocríticos.

-- ¿ Pero supongo, que estos cambios no fueron instantáneos ?

JB-- No. Los cambios se fueron produciendo en forma muy lenta.

-- ¿ Y por qué la necesidad de orquestar ?

JB-- Porque, para aquel entonces, ya vislumbraba otro cambio de horizonte en mi vida musical. Tendría que llegar el día en que pudiera hacer escuchar los sonidos, tal cual como los escuchaba dentro de mi cabeza y que tanto placer me causaban. Eran sonidos profundos, a veces cristalinos, a veces melancólicos, pero de una dimensión sonora que no terminaba de encontrar en el piano.

-- ¿ Y lo ha conseguido ?

JB-- Si, pero treinta y cinco años después. Otra vez, la tecnología vino en mi ayuda y a través del computador, hoy puedo hacer escuchar mi música. Ahora aplico todo lo estudiado y practicado durante años sobre orquestación. ¡¡ Las largas horas observando los ensayos de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Tucumán, ahora daban sus frutos !!

-- ¿ Y está satisfecho ?

JB-- No. Creo que lo estaré cuando pueda escuchar, una de mis obras ejecutadas por una orquesta sinfónica de verdad. Estoy seguro que entonces decidiré si seguir adelante por el mismo rumbo o dar uno nuevo a mi tarea musical. Ahora no lo sé, pero llegado ese momento confío que sabré qué hacer.

-- Cuando Ud. habla de sus obras, ¿se refiere a propias o a arreglos musicales de obras de otros compositores ?

JB-- Eso corresponde a otro cambio de horizonte musical. Cuando pequeño, asistí a la escuela de música e hice todo lo que pude hasta que las reglas me aplastaron. Heroicamente decidí no seguir con la música (recuerde que tenía 10 años de edad). Esa acción salvó mi amor por la música. Creo que esa decisión fue, quizá la más importante que tomé sobre mi destino musical. La otra fue, hace unos dos años, cuando decidí no ejecutar en piano ninguna otra obra que no sea compuesta por mi. No es cuestión de soberbia sino de pura supervivencia musical. Era necesario no dejar perder ninguna de las obras que había escrito, ya que las considero como a mis hijos, los cuales no se los puede dejar de lado. Preferí así, invertir el tiempo de ejecución en tiempo de escritura y orquestación de mis obras. Hoy casi no toco el piano ya que estoy dedicado completamente a la composición y orquestación, por ahora, de mis propias obras musicales. Aún no he sentido la necesidad de trabajar orquestando las obras de otros autores.

-- ¿ Y sobre sus obras qué puede decir ?

JB-- Que son de muy dispares estilos. Las hay populares y clásicas y además, las hay buenas y no tan buenas, según mi criterio. Sin embargo, no olvide lo que preguntaba la lechuza... ¿ cómo están mis hermosos pequeñuelos...?. (... y se ríe)

-- ¿Quién cree que tuvo más influencia sobre sus obras ?

JB--  Tres personas, creo que han sido pilares en mi vida musical. Mi padre,(profesor de matemática) por proponerme, cuando era pequeño (recuerde que ya había decidido terminar para siempre con la música) un juego musical de hacer "ruidos descriptivos" en el piano y él tratar de adivinar qué intentaba yo comunicar. Los otros son, sin querer menospreciar a los demás grandes maestros, Rachmaninoff y Stravisnky con sus obras.

-- ¿ Ud. diría que es un músico profesional ?

JB-- Todo depende cuál sea el punto de vista. Si músico profesional significa tener un título que certifique que uno es egresado de una escuela oficial de música, entonces no lo soy. Por el contrario, si significa que se siente y se vive para hacer música con seriedad, cada momento de la vida, entonces si lo soy... Decida Ud...

-- ... pero sé que tiene cursos realizados...

JB-- Si. Pero siempre los que a mi me interesaron.

-- ¿ Y diría que es un compositor ?

JB-- Sí. Es algo que durante muchos años me resistí a aceptar, me parecía que era obrar en forma soberbia, pero a la larga he tenido que aceptarlo.

-- Después de 50 años viviendo con la música, ¿ cuál es su balance?

JB-- Estoy contento con lo que he ido realizando al cabo de los años, pero de ninguna manera estoy totalmente complacido. Aún me quedan cosas por hacer.

-- ¿ Como cuáles... ?

JB-- Escribir todas mis obras en partituras. Orquestarlas y grabarlas lo mejor posible. Creo que es lo correcto para que mis obras no se pierdan, y mis hijos tengan sonidos que refresquen en ellos recuerdos de etapas y vivencias de nuestra vida juntos, como familia. Para ellos tendrán siempre un significado especial, más allá de la calidad de las obras.

-- ¿ Y para los demás ?

JB-- Espero, de todo corazón que les agrade y les transmita, cada una de ellas, esa especial sensación espiritual que me invade y me hace sentir feliz cuando las escucho.

-- Sé que tiene además otros proyectos...

JB-- Es verdad. Y uno de ellos es el de poner coro al Concierto Nº 2 para piano y orquesta de Rachmaninoff.

-- Pero tenga presente que es una obra consumada...

JB-- No intento cambiar la historia de la música, sino sacarme una espina que tengo desde hace años, cuando aprendía de "oído" el 2º movimiento de dicho concierto (esa era la forma de educar mi oído musical). Nunca quedo totalmente satisfecho al escuchar esta obra. Siempre siento que le faltaba algo, y creo que es la grandeza del coro. Por eso no me queda otra cosa que probar.

-- Estimo que es una tarea muy delicada...

JB-- Posiblemente para un músico formal, puede sonar a sacrilegio, para mi forma de sentir, no. Pero, creo que hay algo que las personas, no dedicadas a la creación musical, no tienen en claro. Por lo menos, en mi caso personal, compongo música sólo para mí, es decir que la música resultante es la música que siento necesidad de escuchar, para satisfacer esa "sed de sonidos" que muchos llaman inspiración. Y en el caso del concierto de piano, siento la necesidad de agregarle el coro. Es tan simple como eso.

-- Mire que la crítica a veces suele ser despiadada...

JB-- De eso estoy conciente, pero no me aflige demasiado. Mis obras han sido realizadas con la seriedad de quien ama profundamente lo que hace. Y si los resultados, no son para algunos, lo suficientemente buenos, no es por razones de no querer hacerlo mejor. Pueden ser el resultado de mis propias limitaciones como ser humano y como músico, por supuesto.

-- ¿ Tiene otros proyectos en mente ?.

JB-- Algunos. Uno de ellos es escribir un manual práctico sobre cómo hacer música  en forma práctica, pero por el momento no es más que un deseo, que desde hace muchos años lo llevo conmigo. Otro de mis anhelos es el de hacer menos tedioso el entrenamiento pianístico de los alumnos de música. Deseo poder hacerlo como un juego, a la vez que se le entrena el oído, el concepto de conjunto musical y el de interpretación.

-- ¿ Puede darme un poco más de detalles al respecto?.

JB-- Por desgracia no. Todavía estos proyectos no han pasado de la etapa de deseo. Espero poder tener algo más claro para la próxima vez.

-- ¿Y qué puede decirme de su éxito económico musical ?

JB-- Nada. Cuando alguna vez lo tenga, se lo haré saber...

-- ¿ Qué recomendaría a un joven estudiante de música ?

JB-- Voluntad, energía, perseverancia, dedicación, y amor. Una gran cuota de amor por lo que hace.

-- ...finalmente...

JB-- Agradezco a Dios por este don maravilloso que tanto me a costado aceptar y a todas sus manifestaciones a través de las personas que de una forma u otra me han apoyado y ayudado a ser lo que musicalmente soy ahora. También agradezco a que me hayan alentado como para no desfallecer en mi intento de mantener vivo mi amor por la música... Y finalmente, doy las gracias a dos mujeres excepcionales, María Ester, mi madre, que me trajo a la vida y a Marina, mi esposa, que me enseñó a disfrutarla...

Tucumán, Diciembre de 2005
Entrevista realizada por el periodista independiente Gregorio Sussini.
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